Un hombre fue condenado hoy a ocho años de prisión por haber atropellado y matado al empleado de peaje Miguel Ángel Rizzo al cruzar por una cabina de la autopista Riccheri en 2011 a más de 80 kilómetros por hora, informaron fuentes judiciales.
En fallo dividido, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de La Matanza condenó a David Julio Reyes (55) a la pena mínima que establece el delito de “homicidio simple con dolo eventual” (de entre 8 y 25 años de prisión).
Es que los jueces Andrea Schiebeler y Alberto Saibene decidieron encuadrar el delito bajo esa figura, mientras que el magistrado en minoría, Matías Rouco, votó por que sea condenado por un “homicidio culposo” que prevé penas de entre seis meses y 3 años.
Además, el tribunal decidió inhabilitar a Reyes para que conduzca vehículos durante 10 años.
“Estamos conformes en parte, porque si bien fue homicidio simple, nosotros pedíamos más años”, dijo a Télam Carolina Rizzo, hermana de la víctima.
La última audiencia del juicio se llevó a cabo en el edificio judicial situado en Mendoza 2417, de San Justo, donde el TOC 1 concluyó el debate aplicando una pena menor a la requerida por el fiscal Jorge Yametti, quien había reclamado 18 años de prisión.
En tanto, Roberto Vázquez, abogado de la familia de Rizzo, constituida como particular damnificada, había solicitado 15 años de cárcel.
“Lo más probable es que apelemos la cantidad de años que le dieron, pero al menos se hizo justicia”, aseguró la hermana de Rizzo.
Para el fiscal, durante el debate quedó acreditado que Reyes estaba consciente cuando cruzó a bordo de su auto por una de las cabinas de la Estación del Peaje Central, ubicada en la localidad bonaerense de Villa Celina, mano a la Capital Federal.
Yametti, entre otros elementos, basó su acusación en los testigos del hecho, quienes declararon que el 20 de noviembre de 2011, a las 5.57, Rizzo se disponía a entrar a la garita para comenzar su horario de trabajo.
En ese preciso momento, el conductor cruzó por la traza 14, la cual estaba cerrada con un cono de color naranja, con el semáforo de marquesina y el de piso en rojo y, además, con la barrera baja.
De acuerdo a los testimonios, el conductor del Chevrolet Aveo negro, dominio KOI369, iba a gran velocidad y en ningún momento se escuchó una frenada.
Además, declararon que la traza 14 no estaba habilitada y que Rizzo estaba por ingresar allí debido a que esa cabina es manual.
Según los testigos, la cabina 15 estaba habilitada y no tenía vehículos, por lo que el conductor podría haber pasado por ese lugar, aunque decidió continuar la marcha, embistió a Rizzo y lo arrojó unos 30 metros hacia adelante.
Por su parte, Reyes, quien se encuentra detenido hace poco más de un año, declaró que en el momento del impacto se quedó dormido, aunque aclaró que no estaba alcoholizado ni padece alguna enfermedad.
Sin embargo, uno de los testigos sostuvo ante el TOC 1 que el conductor tenía las manos en el volante y con la mirada hacia adelante, por lo que negó esa posibilidad.
La autopsia determinó que Rizzo sufrió “fractura de base de cráneo, con hemorragia de masa encefálica bilateral, secundario a un traumatismo grave de cráneo, que ocasionaron el deceso con enclavamiento bulbar y shock neurológico”.
Por otra parte, en la etapa de instrucción se acreditó que el vehículo continuó su trayecto unos 50 metros, donde finalmente se detuvo.
Además, el peritaje accidentológico vial calculó que “la velocidad de impacto no sería inferior a 79,73 kilómetros por hora”.
El mismo informe aclara que “la velocidad de preimpacto sería superior a la mencionada debido a la cantidad de energía cinética disipada durante la etapa de contacto (atropellamiento)”.
La embestida fue de tal magnitud que los daños sufridos por el auto fueron “en toda la trompa, abolladura del capó, rotura de parrillas, paragolpes delanteros y ópticas”.
También tuvo “rotura del radiador del aire acondicionado y de la refrigeración, abolladuras en ambos guardabarros delanteros, roturas de retrovisores laterales, de parabrisas y abolladuras de puertas”.
Durante la última audiencia unas 500 personas, entre ellas afiliados al Sindicato Unico de Trabajadores de los Peajes y Afines (SUTPA), cortaron la calle Mendoza y se manifestaron con bombos y carteles que pedían “Justicia por Miguel”.
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