Número de edición 8481
La Matanza

San Justo: El regreso de los Albertos (Un relato breve lleno de “fantasías políticas”)

“Las alianzas políticas no siempre se fundamentan en una base lógica, generalmente y fundamentalmente, surgen de un malestar compartido”
Por Prof. Joaquín G. Puebla

Tres Alberto marcaron a fuego la vida política de La Matanza durante los últimos 20 años.
A uno lo venció el lógico paso del tiempo, no supo ó no quiso retirarse con los laureles aún frescos, trenzados en su corona triunfal.
Al otro lo traicionó, de repente y sin aviso, su cuerpo maltratado (durante años) por largas jornadas de trabajo y estrés.
El tercer Alberto, que goberno con gps tantos años a pesar de haber perdido por paliza alguna que otra elección, supo eclipsarse, sin ruido ni barullo, al cómodo sillón empresarial. La vastedad de la fortuna construida en las bambalinas del poder y la diversidad de los negocios encarados, le permitió tejer alianzas con el nuevo poder patagónico; hecho que supo hacer valer, para blindarlo contra las intespectivas furias persecutorias del nuevo matrimonio presidencial, de la mano de “Gabriel” volvió al círculo íntimo del poder y su empresita de cable, se convirtió en la segunda operadora del país.

El cabezón de los Alberto, intentó mantenerse en la arena política, como hombre de estado, como hombre de consulta obligatoria, como una suerte de moderno Oráculo de Delfos (famoso oráculo griego, al cuál acudían, por lo menos una vez en su vida, todos los hombres importantes para intentar visualizar que les deparaba el destino). Al ver que su intento de mantener una cuota de poder, era un esfuerzo vano; no tuvo mejor idea que volver al ruedo político con la certidumbre de su invencibilidad (algunos analistas hablan de imbécibilidad). La sociedad le dio la espalda y la deficiente estructura que montó, no supo ó no quiso, defender los pocos votos obtenidos.Ahora espera, atento al tablero de ajedrez, cual será su magistral movida.

El Alberto,tal vez más carismatico, a quién una siesta trágica lo puso al borde de la muerte, con su tozudez característica, le peleo a la vida como gato panza arriba. Su recuperación fue lenta pero segura, minuto a minuto fue recuperando habilidades que le aseguraban pérdidas y fue manifestando, por los pocos puntos de contacto con el exterior que a través de su lucidez, su entereza, su capacidad, su entendimiento y sus ganas de volver, podría obrar el milagro que tantos esperaban. El real estado de éste Alberto es un gran misterio que sólo lo conoce su Sra. Esposa, y su fiel discípulo y su compañero de fórmula.

A su lecho de enfermo ó, mejor dicho, de convaleciente, acuden para hablarle al oído su fiel discípulo y su compañero de fórmula. ¿Cuáles son las preguntas que le hacen?, ¿cuáles son las respuestas (si es que puede responder) que da?, nadie lo sabe con certeza, pero los rumores se hacen consistentes y comienzan a rodar cuál bola de nieve. Las esperanzas de unos, los deseos de otros, las mufas de estos y las mentiras de aquellos, dan valor ó restan veracidad a los rumores. Pero el tiempo pasa y la única certeza que se va vislumbrando, es que éste Alberto está mejor y que por ahí vuelve; ¿cuándo, cómo y dónde? sólo Dios lo sabe.

“Ese traje me quedaba chico”

“Si hubiese sido el candidato yo, seguramente ganaba. Así lo marcaban todas las encuestas. Pero el mayor error mío, después haber nacido, fue haber confiado en ese imbécil. Pero hay algo que no podía hacer, después de haber estado tantos años al frente de la cámara, de ser la tercera persona en la línea del poder, ¿ser Intendente de La Matanza?, ¡ese traje me quedaba chico¡”; de esta manera, palabras más palabras menos, se confesaba el Alberto empresario a uno de sus habituales oyentes.

Tiempo después, en una reunión de amigos, el Alberto empresario expresaba “No jodan con el tema de volver a la política… Pero de hacerlo no cometería el error de poner a un gerente, iría yo y les mostraría como se conduce y de qué manera se ejerce el poder”.

El Alberto empresario, más que nada, para ver si había una base real de sustentación, encargó, a una de sus tres consultoras políticas, una encuesta. La misma era más que nada para ver, se realizó a vuelo de pájaro, principalmente en el primer cordón. Algunos datos fueron reveladores, por ejemplo: entre los extranjeros (italianos, paraguayos y bolivianos) los números andaban realmente bien, por arriba del promedio de Fernando. En los kilómetros, entre aquellos que tramitaron, por la ley de tierras, sus derechos dominiales, el Alberto empresario superaba ampliamente la imagen positiva de Fernando y hasta la empardaba a la Cristina y a Scioli. Pero, si analizaba el conjunto del distrito, quedaba por debajo de muchos. “La base está” se dijo parafraseando al Bambino.

El tiempo pasó y las circunstancias fueron variando. Su imperio mediático fue creciendo y comenzó a jugar en primera. Su visión empresarial, que allá por los ’90 lo llevó a invertir “monedas” en papeleras tucumanas, lo convirtieron en un jugador definitorio del juego de la caña de azúcar. A tal punto llega su influencia, que si alguien quiere plantar una hectárea más de caña de azúcar debe contar con su autorización. Otras de sus inversiones de la era menemistas, lo puso a salvo de las embestidas del poder. La fibra óptica fue un hallazgo y fue su blindaje para sentarse a la mesa de los poderosos sin correr riesgos.

Pero las condiciones cambian, el cepo al dólar, la imposibilidad de exportar (en las cantidades que venía haciéndolo) azúcar refinada, la ley de medios (que le costó unos buenos mangos para mantenerse en juego, mangos que embolsó el “querido Gabriel”), las complicadas y caras negociaciones para mantener a flote el negocio de la importación de fibra óptica y la cada vez más insolente agrupación “La Cámpora” que le va esmerilando su menguada militancia rentada e incondicional que supo dejar trabajando en la cámara (hay más de tres mil nuevos nombramientos en la cámara, todos de “La Cámpora”, nombramientos hechos a costillas suyas, ya que están jubilando ó directamente echando a su gente), le van empiojando su diario devenir.

Sentado en su caro sillón sanjustence de papel y frente a la mesa vidriada de grandes dimensiones, analiza las posibles jugadas políticas que le permitan mantenerse jugando sin ser molestado. Ante cada titular de los diarios se siente tironeado, por propios y extraño, a definirse. La ansiedad y las terribles bajas en su ámbito familiar, lo hacen sentirse solo y vulnerable.

Analiza y piensa, ve fortaleza y debilidades de los actores políticos y cada vez se convence más de la necesidad de salir a ponerle el cuerpo a la lucha política para mantener el pellejo intacto.

La necesidad de cuidar los negocios lo van obligando a considerar seriamente la posibilidad de volver al ruedo político. Ve y analiza, habla en voz alta (para oírse y que lo oigan): “Daniel todavía no le dio todo lo que puede darle a La Matanza, es el mejor Rector de Latinoamérica (lo dice Harvard). Las peleas y desencuentros por el tema de la fundación, es algo superado y Daniel, pese a los esfuerzos de varios intermediarios de prestigio e influencia, no ha podido sostener una relación estrecha con Fernando, lo único que pudo lograr, es una paz armada y una tregua de no agresión. Daniel sería un delfín valioso, pero, ¿recordará que fui yo quién lo descubrió y le dio el lugar que tiene?, ¿Se animará a jugar en las ligas mayores?”.

Mira, lee y analiza los medios matanceros de información y se queda pensando en voz alta: “¿Qué está pasando?, el Buda Eslavo de los municipales, se tiene que ir por la ventana, Fernando no lo quiere ni ver, mientras él siga no hay ningún tipo de arreglo. ¡Mira cómo el pibe vende mentiras¡, si los pequeños arreglos datan de problemas de un año atrás y encima, al gordo, se le fue el Tano… ¿porqué el Ruso da un paso al costado?, ¿quién queda al frente?, ¿es una jugada cosmética ó un cambio de timonel?…¿en qué andará el gordo caprichoso?, pobrecito, anda como bola sin manija, no tiene quién lo llame y deambula en busca de una foto con Mauricio. Eso le pasa por traidor, yo le di todo y me mostró la espalda. Menos mal que esta raulito, ya le dije que no ande hablando con Fernando, le van a hacer un desaire y él que es tan sensible. Ahora anda sondeando a los viejos muchachos para que vengan a trabajar para mí… Está loco este tipo, si todavía no decidí nada y ya quiere armar”.

“Pobre Daniel” reflexiona mientras ve como crucifican a su amigo por la televisión, “¿Será nomás que voy a tener que salir a ponerle el pecho?, ¿dónde están los amigos?, tengo un armado chiquito en la sexta y en la octava estamos entrando de lo lindo; la tercera se puede rearmar con todos los lastimados y muertos, saco la ambulancia y junto una parva. En la quinta hay algo pero no alcanza. Tendría que buscar un buen gancho en la primera y estoy listo para bancarlo a Daniel, pero, ¿se animará a romper e ir por todo?”.
Las dudas le quitan la tranquilidad de tantos años de reposo y buenos negocios, con las mujeres de subordinado no quiere saber nada, ya le fue mal con la Chiche y Cristina, ahora no quiere saber nada con Néstor con peluca.
Los tres Alberto una historia que debería ser contada…
Cualquier coincidencia con la realidad es pura casualidad

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Un Comentario.

  1. muy bueno………………….pero que no vuelva, que siga con telecentro y la papelera politicamente no le queda nadA EN LA MATANZA HAY SOLO MERCENARIOS Y EL EMPRESARIO NUNCA PAGO Y SI NO HAY PLATA EN LA MATANZA NO HAY VOTANTES.

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