Número de edición 8481
La Matanza

Villa Luzuriaga: Otro preso por el crimen del mecánico y de la empleada

 Un hombre de 29 años que estaba prófugo de la Justicia fue detenido acusado de haber participado, junto a otro cómplice ya preso, del crimen de un mecánico y su empleada doméstica, quienes en abril fueron ejecutados de un balazo en la nuca, arrodillados, en una casa de Villa Luzuriaga, informaron fuentes judiciales.

La hija de seis años del hombre se salvó de ser asesinada porque poco antes de los homicidios su padre la envió a un almacén cercano a comprar alfajores, presuntamente porque sabía que quienes lo iban a visitar era gente peligrosa.

La captura la realizaron anoche efectivos de la División Robos y Hurtos de la Policía Federal, quienes durante un control vehicular en la avenida Directorio al 6700, en el barrio porteño de Mataderos, detuvieron un Volkswagen Passat que tripulaba el prófugo.

Las fuentes relataron a Télam que el conductor del vehículo tenía en su poder una pistola Glock 9 milímetros, con pedido de secuestro desde 2008, aparentemente robada a un funcionario policial en el barrio de Floresta, motivo por el cual quedó demorado.

Al ser trasladado a una dependencia, el sospechoso dio una falsa identidad a los policía, pero se comprobó a través de sus huellas digitales que se trataba de Santiago Zabala y que sobre él pesaba un pedido de captura por un doble homicidio en Villa Luzuriaga.

Zabala es el segundo detenido por los crímenes, ya que al día siguiente de ocurridos se apresó en Isidro Casanova a Néstor Rodríguez (29), quien actualmente cumple prisión preventiva en la causa que instruyen los fiscales de Homicidios de La Matanza, José Luis Marotto y Carlos Arribas.

Ambos están acusados de “robo agravado por empleo de arma de fuego en concurso real con homicidio criminis causa”, es decir matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad.

La principal hipótesis que manejan los investigadores es que ambos cometieron el crimen cuando concurrieron a la casa del mecánico Ariel Morfú (29) a venderle dólares a bajo precio, operación que hacían habitualmente.

El hecho ocurrió el 3 de abril, alrededor de las 19.30, en la vivienda situada en Lartigau al 2900, de Villa Luzuriaga, donde se encontraba Morfú junto a su empleada doméstica, María Lizarraga (28).

Minutos antes, el mecánico había enviado a su hija a comprar alfajores a un almacén de la esquina, motivo por el cual la nena quedó a salvo de ser una tercera víctima.

Los investigadores creen que Morfú, al ver la llegada de los asesinos o sabiendo que iba a ser visitado por gente peligrosa, mandó a la hija al comercio y la puso a salvo.

Poco después, los vecinos escucharon disparos y cuando la policía llegó al lugar a la única que encontró con vida fue a la perra Rottweiler de la casa que, en principio, se pensó que había sido baleada por los asesinos porque no se movía de al lado del cadáver de su dueño.

Los pesquisas descartaron desde el inicio un robo “al voleo” ya que en poder del mecánico se halló una billetera y 5000 pesos en un bolsillo y en la casa había 8.000 pesos sobre una mesa de luz, electrodomésticos, cuatriciclos, motos de agua y hasta una camioneta 4×4 Dodge RAM.

Sin embargo, luego el padre de la víctima declaró que escuchó que su hijo mantenía una comunicación telefónica horas antes del crimen en la que decía a su interlocutor: “Ya tengo la plata, traéme los dólares”.

El hombre contó que le había prestado 50.000 pesos a su hijo para hacer lo que consideraba “un buen negocio” y luego se determinó que ese dinero no estaba en la casa y fue el único botín que los asesinos se llevaron del lugar.

Tras el análisis de las últimas llamadas realizadas por la víctima y Rodríguez, se determinó que Morfú se comunicó con él a las 19.08 y éste se encontraba a esa hora cerca de la casa del mecánico, ya que la celda de su celular se abrió en la zona.

En tanto, a las 19.30, se realizó un llamado al 911 para pedir una ambulancia para las dos víctimas, por lo que se cree que los crímenes fueron cometidos en esa franja horaria.

En base a otros datos recolectados en la investigación, se determinó que Zabala también había concurrido a la casa y participado de los crímenes, cometidos con un arma calibre 9 milímetros.

Una fuente judicial dijo a Télam que la pistola Glock hallada en poder de Zabala coincide en el calibre con la usada para el doble homicidio y que solicitará que se realice un cotejo balístico.

Pero previamente, el detenido quedó a disposición del juzgado de instrucción en turno en la Capital Federal, ya que se le abrió una causa por tenencia ilegal de arma y adulteración de documento. En el transcurso de la semana, el sospechoso quedará a disposición de los fiscales de La Matanza.

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