Un jefe penitenciario de la cárcel de Florencio Varela fue asesinado de dos balazos en la cabeza delante de su hija en la puerta de su casa en la localidad bonaerense de González Catán, informaron fuentes policiales y judiciales. Los investigadores intentaban determinar si el hecho es un típico homicidio en ocasión de robo o si fue consecuencia de una venganza relacionada con su trabajo.
Las fuentes dijeron que el hecho ocurrió frente a su casa en la calle Puerto Argentino al 5000, de la mencionada localidad del partido de La Matanza, y que la víctima fue identificada como Angel Segovia (48), quien se desempeñaba como director de la Unidad 42 del complejo Penitenciario de Florencio Varela.
Según los investigadores, todo comenzó cerca de las 23.45 de anoche, cuando Segovia regresaba a su casa a bordo de una camioneta Chevrolet Meriva junto a su hija de 20 años, a quien había ido a buscar a una institución donde cursa un profesorado.
Según las fuentes, cuando la hija del jefe penitenciario bajó del vehículo para abrir el portón de la reja el padre guardaba su camioneta en el garaje.
“La hija había abierto la reja y Segovia ya había guardado la camioneta dentro del garaje, pero en ese momento fue interceptado por los delincuentes que le dijeron que se quedara quieto”, dijo a Télam un jefe policial.
Una fuente judicial explicó que uno de los ladrones primero encañonó a la hija y otros dos abordaron a Segovia a cado lado de las ventanillas del auto.
En ese momento, aparentemente el hombre pretendió resistirse pero los delincuentes le dispararon al menos dos balazos que impactaron en la cabeza del penitenciario.
“La chica contó que vio a su padre hacer un movimiento como para sacar su arma reglamentaria y allí lo asesinaron”, dijo un investigador judicial.
La pistola de Segovia fue robada por los asesinos, ya que no fue hallada en el auto, según precisaron las fuentes.
“Algunos testigos dijeron que se escucharon más disparos, pero en el lugar no fueron halladas vainas servidas. Los plomos hallados en la escena del crimen son de un revólver calibre veintidós”, agregó a Télam el jefe policial consultado.
La hija de la víctima alcanzó a ver que los asaltantes escaparon a bordo de un auto que parecía ser un Chevrolet Corsa negro o gris oscuro.
Sin embargo, al declarar este martes en fiscalía, la chica no pudo describir bien a los tres delincuentes que los asaltaron porque, según dijo, todos estaban tapados con capuchas, gorritas o cuello polar.
En tanto, Segovia fue auxiliado por su propia hija, quien llamó a la policía y a una ambulancia, pero el hombre ya estaba fallecido.
La policía encontró horas después en el barrio “Las Casitas” de González Catán, un Corsa de las características que vio la hija de Segovia, completamente calcinado.
El auto tenía pedido de secuestro por haber sido robado en Isidro Casanova dos horas antes del crimen del penitenciario.
La fiscalía y la policía intentaban establecer cómo fue el robo de ese vehículo y si los dueños del Corsa pueden describir a los asaltantes, para poder determinar si ese fue el vehículo usado por los cuatro delincuentes que luego asesinaron a Segovia.
La Policía Científica trabajó sobre el auto de la víctima y levantó varias huellas digitales que fueron cargadas en el AFIS, la base de datos de improntas dactilares de personas con antecedentes, para ver si con ellas identifican a alguno de los autores del crimen.
Investigadores de la comisaría de González Catán y de la Dirección de Investigaciones (DDI) de La Matanza buscaban cámaras de seguridad que pudieran haber captado el momento del hecho o la fuga de los delincuentes.
El caso es investigado por la fiscal Catalina Baños, de la Unidad Funcional de Instrucción especializada en Homicidios de La Matanza, quien este martes no descartaba ninguna hipótesis.
Los pesquisas intentan determinar si se trató de un intento de robo al voleo o si fue algún tipo de venganza o ajuste de cuentas vinculado a su trabajo.
Es que Segovia era el jefe de la Unidad Penitenciaria 42 de Florencio Varela, en la cual cinco presos protagonizaron la semana pasada una protesta en reclamo de mejores medidas de seguridad y alojamiento, como así también mejoras en el trato por parte de los guardias.
