Número de edición 8481
Ciencia y Tecnología

“Desde 2004, el número de personas que trabaja en el CONICET se duplicó”

Entrevista a Marta Rovira
Marta Rovira es doctora en Ciencias Físicas. Desde 2008, preside el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

—¿Cómo se llega a investigar en el CONICET?
—Aquí estudiamos temas de lo más diversos y en las más diversas disciplinas. Para entrar no se requiere estudiar un tema particular. Basta con que los antecedentes del candidato sean los que se requieren. No hay temas muy específicos. En los últimos años, estuvimos intentando orientar un porcentaje de los investigadores hacia los temas que tienen que ver con las necesidades del país. Pero no a todos. Seguimos respetando la calidad científica.

—¿Cuál es el nivel actual de la Ciencia y la Tecnología en el país?
—El nivel siempre fue bueno. Tanto en el CONICET, como en las otras instituciones. La medida se realiza en base a las publicaciones que efectuaron los investigadores en revistas internacionales. En algunas disciplinas, los temas interesan localmente, pero a veces el investigador debe competir con los de otros países. En general, hay mucha colaboración con el exterior. En el mundo se trabaja cooperando, relacionándose. Yo estoy convencida de que el nivel en Argentina es muy bueno. De hecho, la exigencia del CONICET es bastante alta.

—¿Qué cosas se podrían mejorar dentro de la institución?
—Estamos tratando de que haya más transferencia de los desarrollos que hacemos. Por lo general, los investigadores no están relacionados con las empresas. Y no tienen por qué estarlo. Por eso estamos incorporando gente que cumpla la función de hablar con los investigadores y con las empresas. De esa forma, facilitamos la transferencia. También debemos incrementar el desarrollo tecnológico. Con los subsidios que está dando la Agencia de Promoción que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, hay presentaciones de asociaciones con empresas. Y ahora estamos en contacto con muchas de ellas.

—¿Usted cree que la gente conoce lo que hace el CONICET?
—Creo que la gente no llega a saber qué cosas hacemos. Mejor dicho, a lo mejor sí sabe que existe un avance, pero no que el mismo se desarrolló aquí.

—¿Y por qué es importante que la gente conozca los temas que trabajan?
—Primero, porque creo que la gente es la que nos paga y nos mantiene con los impuestos. Le debemos una respuesta. Parte de nuestra función es informarle lo que estamos haciendo. Y en general, a la gente le interesa. Cuando los investigadores se lo cuentan de una manera no tan específica, a la gente le interesa, aunque sean temas complicados.

—¿Cuánto ayudó en esto la creación del Ministerio?
—Le dio más importancia a la Ciencia y la Tecnología. Desde 2004, el número de personas que trabaja en el CONICET se duplicó. Había 9 mil personas y ahora hay cerca de 18 mil. La carrera del investigador creció un 60 por ciento y los becarios se cuadruplicaron. En total, como ya dije, se duplicó.

—¿En eso mucho tuvo que ver la repatriación de científicos?
—Así es.

—¿Cómo trabaja el CONICET con ese tema?
—Los investigadores que estuvieron más de dos años afuera, pueden pedir la incorporación a la carrera en cualquier momento, aunque la convocatoria general se abre una sola vez por año. Pero los que están en el exterior pueden acceder a la misma en cualquier momento. La intención es que vuelvan. En estos últimos años, están ingresando más de cien investigadores por año desde el exterior.

—¿Cuál era el número anterior?
—Y… Hubo épocas en las que se iba la gente y no sé si volvía alguno…

—Entonces, ahora están viviendo un fenómeno increíble.
—Sí, a mí me parece bárbaro que entre más gente y que se doctoren más. El país lo necesita. Todavía se necesitan más investigadores. Tenemos que incentivar el estudio de carreras como las ingenierías y las exactas. Cada vez tenemos menos candidatos para ingresar a esas disciplinas.

—¿Y cómo se puede atraer a los estudiantes hacia ellas?
—Creo que una de las formas es mostrando qué es lo que se hace en el CONICET, que la gente vea cómo se trabaja y que sepa que las condiciones son mejores que las de años anteriores.

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