Por Mauricio Benítez *

Especial para NCO, desde Madrid.
En la capital de España, el domingo pasado, más de 500 mil trabajadores se dieron cita para rechazar la nueva reforma laboral. Los secretarios generales de CCOO (Comisiones Obreras.) y UGT (Unión General de Trabajadores), Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, quienes tomaron la iniciativa en la movilización, comentaron en un mano a mano que hemos concebido, que las protestas tuvieron eco en 57 ciudades del país europeo. Al mismo tiempo, señalaron que el motivo de la movilización no tenía como eje primordial la confrontación, sino retratar el decreto de reforma laboral aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy, actual presidente y representante del partido popular. Durante la marcha se oyeron los primeros gritos a favor de la huelga general, un año y medio después de la última. Los días previos, los sindicatos proclamaron que no convocarían otro paro general hasta no encontrar el contexto adecuado entre los ciudadanos.
La manifestación en Madrid, comenzó a las 12 horas en la plaza de Neptuno camino de la plaza de Cibeles, en un clima de tranquilidad en la que los principales gritos y consignas se lanzaban por parte de los manifestantes del bloque crítico del 1-5M, quienes reverenciaban lo sucedido en Grecia e insistían con la convocatoria a una huelga general.
Las pancartas más sobresalientes expresaban lemas tales como Recortes cero a la banca y al clero o Tu botín, mi crisis. También hubo mensajes a favor de la ley de dependencia y algunas banderas republicanas entre las habituales rojas del color de los sindicatos.
Cabe destacar, la presencia del ex-ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, la representante del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, y el coordinador general de IU, Cayo Lara, quien llevaba su propia pancarta. La juventud del partido ha acompañado al grito de “¡Huelga general!”.
La gran presencia de trabajadores hizo que la cabecera, en la que se encontraban los secretarios generales de CCOO y UGT no pudiera seguir con la manifestación en la plaza de Cibeles. Los convocantes y la organización tuvieron que abrir un pasillo hasta la puerta del Sol, en donde representantes Juveniles leyeron un manifiesto contra la reforma laboral. En el manifiesto se expresaba que la reforma laboral aprobada por el Gobierno no va a servir para crear empleo y “su objetivo es colocar el mercado de trabajo al servicio de los empresarios y desregular las relaciones laborales”.
El texto también mencionaba que el origen de la crisis no está en el mercado laboral ni en lo costoso del Estado de bienestar y afirma que con la reforma laboral “el despido será más fácil y más barato” y “legaliza un nuevo contrato con despido libre y gratuito combinado con más bonificaciones, restringe los derechos colectivos de los trabajadores y trabajadoras, a la vez que aumenta el poder discrecional de los empresarios.
CCOO y UGT hicieron hincapié en alternativas propias y exigen al Gobierno a que rectifique dicha reforma, aprovechando la tramitación de las enmiendas, e impulse el diálogo social para avanzar hacia el empleo estable, digno y con derechos para todos los trabajadores.
Los secretarios generales de CCOO y UGT pidieron al Gobierno abrir “ya” una instancia de negociaciones sobre una reforma laboral que consideran “injusta e ineficaz” y advirtieron que en caso de continuar este camino se producirá “una escalada del deterioro del clima social”.
Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, que no tomaron la palabra en el escenario de la Puerta del Sol, pese al éxito de la convocatoria, recalcaron en los momentos previos a su arranque que estas primeras movilizaciones son una “expresión democrática” contra lo que consideran una reforma laboral “impuesta” que introduce a través del nuevo contrato para emprendedores facilidades para el despido y criticaron las reacciones desde la Moncloa antes esta movilización, que han profundizado a su “nerviosismo” y a su “mala conciencia”.
Podemos concluir reflexionando sobre la reforma laboral que se encaro desde Gobierno de Carlos Menem en Argentina, que llevo a los trabajadores a instancias de precariedad laboral, privatización de empresas estatales, despidos multitudinarios, dejando así a nuestro país en quiebra y convulsionado. Los sucesos de diciembre de 2001 fueron la explosión de las recetas neoliberales que no solo tienen como objetivo continuar rebajando la calidad de los trabajadores, sino también profundizar la crisis económica. Pareciera ser que los mandatarios del gobierno español olvidaron de mirar los ejemplos de la América del sur, y siguen apostando a tomar medidas a favor de las corporaciones económicas y el empresariado dejando en jaque a los trabajadores españoles.
¿Alguna vez, la crisis la pagaran las corporaciones?
*Docente de la Provincia de Buenos Aires. Militante de la Jp Evita. Director de la escuela de ajedrez Peón 4 Rey.



