El hombre fue captado por cámaras de seguridad colocando papeles en portones y rejas, trabaja en una garita de la zona; lo detuvieron con dos celulares, uno para comunicarse con los vecinos y el otro con la banda.

Un vigilador privado que trabajaba en la garita de un barrio de la localidad bonaerense de Haedo, fue detenido ayer acusado de marcar casas para que fueran robadas. El ilícito se conoció cuando algunos vecinos notaron un comportamiento extraño desde sus cámaras de seguridad.
Ante diferentes denuncias, la comisaría 2ª de Haedo investigó las diferentes imágenes de las cámaras de seguridad privadas de los vecinos. La investigación comenzó cuando una familia que vive sobre la de calle Concordia al 1200 notó en las imágenes captadas en la calle que un hombre con remera gris caminaba por la vereda y dejaba papeles blancos en el piso del garaje y en la reja.
Ante esta actitud sospechosa, la familia llamó al 911 y relató lo que vio. Más tarde, otra familia llamó a emergencias para contar que un delincuente estaba intentando ingresar a una vivienda con una barreta.
La Policía llegó al lugar y vio que una ventana ya estaba violentada y que sobre la entrada vehicular había un papel blanco doblado de manera similar al hallado en la vivienda de la familia que en un principio había alertado sobre el extraño comportamiento del sujeto.
Luego, la Policía encontró a 100 metros de la casa violentada al hombre con características semejantes al que había sido denunciado como sospechoso y lo detuvo. Fue entonces que se supo que quien había sido aprehendido era un vigilador de una de las garitas de la zona a quien los vecinos le pagan, de nombre Víctor Osvaldo Anríquez, de 36 años.
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Al hombre le secuestraron dos celulares: el personal, con el que se comunicaba con los vecinos, y un segundo con el que se comunicaba con los delincuentes.
“Tenemos cámaras en las casas, rejas, luz de presencia y seguridad privada pero nos roban igual” se quejó una vecina de nombre Elena.
Otro vecino, Juan Carlos, contó que el año pasado entraron en su casa a las 12 del mediodía y lo mantuvieron cautivo junto a su esposa, ambos maniatados, mientras los delincuentes los asaltaban.
Habíamos vuelto de cobrar la jubilación y entraron. Nos ataron a mi señora y a mí. Me pusieron el revolver 38 en la cabeza. Les dije que éramos dos viejos y qué íbamos a hacerles. Me robaron la plata había venido de cobrar, cuánto podemos cobrar dos jubilados, nada”, se lamentó y dijo desconocer cómo entraron a su casa y cómo sabían que no estaban.
Fuente: LaNacion.com
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