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Este miércoles, NCO dio a conocer el caso de una institución privada en la que además de incorporar niños con capacidades diferentes sin ningún tipo de regulación, los padres habían radicado denuncias de maltrato hacia los menores. Tras solicitar una audiencia con la Jefatura de Gabinete, ya hubo citaciones.
Nora Adámoli
Nova.periodismo@gmail.com
El Nahueli es un jardín de infantes de carácter privado, ubicado en Catriel 3961, apto para niños mayores de dos años, que en verano funciona como colonia de vacaciones e incorpora a chicos con capacidades especiales de modo clandestino.
Según mencionó a NCO una de las trabajadoras sociales que se involucró en el tema cuando los padres empezaron a visibilizar las situaciones que habían vivido, “las denuncias que se realizaron existen. Desde el Ministerio se corroboraron, el tema es que el Consejo Escolar de La Matanza nunca les prestó atención”.
Asimismo, comentó que hoy citarán a los padres de los nenes afectados para brindar el apoyo necesario, en reparación de los daños a los que los alumnos estuvieron expuestos. Entre ellos, se encuentran los niños de cuatro años, quienes fueron encerrados a modo de penitencia, en uno de los baños de la institución y con la luz apagada.
Al respecto, Stella Giossi, quien entiende en temas de discapacidad y colabora con personas que encuentran vulnerados sus derechos, agregó que el jardín contaba con una sala maternal (ya que en los documentos figuraría como una entidad de ese tipo) a la que asistían 11 niños, pero que “no estaría habilitada”.
“El Ministerio de Educación le dio tiempo hasta el 1 de febrero para que ponga los papeles en regla, porque las irregularidades que nosotros denunciábamos se terminaron comprobando. Por lo tanto, ahora no podrá volver a funcionar como una colonia de vacaciones, algo que tampoco estaba habilitado”, mencionó la mujer.
Además, explicó que al igual que la entidad de González Catán que desató el escándalo, a los padres que no abonaban la cuota, no les entregaban la carpeta con los trabajos que los niños habían realizado durante el año.
La gota que derramó el vaso: el maltrato hacia los chicos
Entre las acusaciones, la más impactante fue la que acercó una madre, cuyo hijo padece de TGD: “El jardín tiene una denuncia penal y cuatro exposiciones civiles. La directora también fue acusada por haber encerrado en penitencia en el baño, con la luz apagada, a tres alumnos de cuatro años y por colocar un niño bajo la canilla para calmar el llanto. Es un horror lo que vivieron esos nenes”.
“Mi hijo no quiere entrar en ese baño. No sé si fue porque se asustó con los gritos que pegaban los chicos, porque se cerró la puerta con fuerza o porque ella lo encerró realmente”, dijo.
Su nene asistió a la institución hasta noviembre pasado cuando sucedió uno de estos episodios, que lo dejaron traumado todavía no puede olvidar: “La directora lo llevó al baño y él comenzó a gritar. Ya no pide para hacer pis. No quiere ingresar a ese baño y grita constantemente. Eso es algo de lo que no pudo recuperarse”.
Con respecto a la documentación, la mujer comentó que tiene “los recibos guardados, que están sellados a nombre del jardín Nahuali, ubicado en Catriel 3961. No es integrador. Hace dos años que mi hijo concurre y como mis sobrinos conocen a la directora, hubo un contacto y fue ella quien nos pidió que hiciéramos ver al nene por los médicos. Finalmente, el diagnóstico lo supimos cuando el chico ya estaba concurriendo a la entidad que ahora funciona como una colonia de vacaciones, hasta que comiencen las clases el año próximo”.
Su caso, además, podría considerarse un engaño, ya que si bien el niño solamente podía asistir tres veces por semana (ya que el jardín no contaba con una docente especial titular), ni siquiera llegó a completar ese ciclo.
“A la maestra, la llevaba el centro integrador. Mi hijo está matriculado en una escuela especial para que pueda estudiar, del mismo modo que la profesora debería ser de una escuela de estas características. Los miércoles, él no iba porque tenía equinoterapia y fonoaudiología. Los lunes, cuando sí tenía que cursar, también quedaron suspendidos porque la maestra no podía asistir”, remarcó la mujer.