¿Una expresión de deseos?
La extensa declaración conjunta de la Organización de Trabajadores Radicales (OTR), la Juventud Radical (JR), y la Franja Morada (FM) ante la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical., es tal vez la autocrítica más fuerte, realizada en ese ámbito, en un clima tenso y sumamente agresivo, que termino por dejar inconclusa todas las intenciones previas. A continuación un extracto de la misma deja claro la orientación ideológica que estos sectores pretenden imprimirle al “nuevo Radicalismo”
Por ello es saludable rescatar, algunos párrafos salientes de esa declaración conjunta.
“El resultado electoral del 23 de octubre, la equivocada lectura del proceso, los errores en la toma de decisiones y la consecuente situación que esto trajo hacia el interior de nuestras filas, marca quizá el punto límite de una situación que se ha vuelto largamente prolongada en el seno de la UCR. El debate que hoy nos ocupa, debe significar, no solo una marcada autocrítica acerca de la situación actual de nuestro centenario partido, sino también un profundo análisis sobre el cambio de ciertos paradigmas políticos en la Argentina de nuestros tiempos”.
En otra destacada expresión testimonial señala la Declaración “El progresivo distanciamiento de aquellos estratos sociales que representaron nuestra histórica base electoral, la responsabilidad de sucesivas generaciones de dirigentes que a casi tres décadas del retorno democrático, no pueden exhibir otra cosa que la imagen nostálgica de un gran partido que hoy nada tiene de lo que nos enseñaros aquellos grandes hombres, y su dolorosa realidad, la de ser una expresión poco clara en sus posiciones políticas, sus lineamientos ideológicos y poner de manifiesto la inexplicable falta de coherencia de sus figuras destacadas. La renovación no solo se entiende como un recambio generacional. Eso sin dudas es necesario en un partido que hoy no representa a los jóvenes pero la renovación también se debe dar en las prácticas y en la conducta política. Nuestro centenario partido se encuentra alejado de la gente lo que lo lleva a una incapacidad manifiesta para interpretar e interpelar al ciudadano común. Es para esto necesario volver a nuestras bases ideológicas y reconciliarnos con los sectores más postergados de la sociedad. El radicalismo debe volver a ser la causa de los desposeídos. Para dar este paso es imperioso primero reconocer nuestros propios errores”.
Esos desposeídos que nos dieron origen no solo no se ven reflejados hoy en la UCR, sino que por el contrario, apoyan la causa kirchnerista. Nuestra respuesta debe ser contundente y acertada: el único camino posible es volver a la senda de la socialdemocracia y el progresismo para reencontrarnos con los sectores populares de nuestro país y abandonar el camino que venimos tomando que es negarnos a dar la batalla al kirchnerismo y, por el contrario, tratar de seducir a los sectores pudientes, al empresariado, a las grandes corporaciones y a las oligarquías terratenientes.
No menos importante resulta este pasaje “La coherencia entre el decir y el hacer ha sido siempre una gran virtud de nuestro partido, heredada de nuestros grandes antecesores como Alem e Yrigoyen. No nos resignemos tan fácilmente a tirarla por la borda con la liviandad con la que lo hemos hecho en los últimos años”. Que después de recorrer otras consideraciones remata señalando que “hoy las dirigencias locales desconocen, de manera más o menos publica, las decisiones nacionales cayendo de esta manera en la inevitable inorganicidad que nos ha llevado al corte de boleta, a acompañar otros candidatos presidenciales, a desdoblar elecciones o a ni siquiera fiscalizar el proceso electoral. Repudiamos estas prácticas que se han llevado a cabo en muchos lugares, pero con las mismas fuerzas repudiamos la ausencia del debate, la toma de decisiones por fuera de las estructuras formales del partido por parte de aquellos, que sin haberse sometido a la elección popular de los afiliados, han encontrado los vericuetos para adueñarse de las decisiones de la peor manera que se puede hacer en un partido democrático: a puertas cerradas, sin debate, sin consulta, sin participación”.
Finalmente concluyen “no todos bajamos los brazos. Los trabajadores radicales agrupados en la OTR siguen dando la batalla en cada uno de los gremios, en cada uno de los sindicatos, levantando las banderas históricas de los orígenes del radicalismo que la dirigencia partidaria de hace mucho tiempo a esta parte decidió abandonar. ¿Cómo es posible dar esa batalla en un territorio tan adverso y tan contrario cuando no hay decisión política de acompañamiento, apoyo y contención de un partido político como la UCR que hoy está más cerca de las patronales que de los trabajadores argentinos? Con escasa representación en los órganos de gobierno partidario la OTR nos sigue dando un ejemplo de compromiso en el convencimiento permanente de que la única lucha que se pierde es la que se abandona.
¿Por qué son tan pocas o ninguna en los espacios institucionales o en los de la toma de decisiones? Hombres y mujeres militamos de igual a igual, codo a codo en esta lucha constante de la militancia en las filas de la UCR, pues entonces la igualdad que tanto pregonamos para la sociedad debe ser practicada al interior de nuestro partido. Exigimos la igualdad de género en todas las instancias partidarias, como así también en los lugares expectantes para que nadie les robe a la compañeras mujeres lo q con su esfuerzo y militancia cotidiana han sabido construir por el bien de nuestro partido y la sociedad toda.
El cambio significa mucho más que reformas de artículos y vanas autocríticas. La historia nos demanda un profundo cambio cultural que permita al radicalismo ir en busca de la reconciliación definitiva con los argentinos que reconocen en nuestros principios, nuestra doctrina y nuestra historia las bases para lograr la grandeza de la patria, pero ha sido el propio partido radical y su dirigencia quienes se han encargado de perder la credibilidad y la confianza hasta límites insospechados.
La mística de los jóvenes, los trabajadores y las mujeres sigue intacta. Hoy venimos a renovar, una vez más, el compromiso inquebrantable, la lucha irrenunciable y el convencimiento intransigente es post de la reconstrucción de un partido nacional y popular que vuelva a ser una alternativa seria para la sociedad toda y convierta a la Argentina en ese país con el que siempre soñamos”