Telefonía celular
Las empresas de telefonía celular están obligadas a medir sus emisiones cada vez que modifican sus antenas de base. Un equipo del Laboratorio Ambulante de Mediciones de Campos Electromagnéticos de la UTN-Santa Fe trabajó en 180 localidades de ocho provincias. Aquí, algunas de las conclusiones del trabajo.
En nuestro país, han transcurrido más de dos décadas desde la aparición de los teléfonos celulares. Su consumo masivo en el mercado ha crecido de una manera tal que —según el INDEC— hacia 2009 había en el país 50,4 millones de celulares. O dicho de otra manera: había alrededor de cinco celulares cada cuatro habitantes. Pasados dos años, hoy la proporción quizás sea aún mayor.
En la cuenta de que las radiaciones no-ionizantes se han convertido en un objeto de estudio vinculado a la salud de la población, investigadores del Laboratorio Ambulante de Mediciones de Campos Electromagnéticos (LAMCEM) de la UTN-Regional Santa Fe han realizado mediciones en las estaciones base de 180 localidades correspondientes a las seis provincias del NEA, más Salta y Tucumán.
“Las empresas están obligadas a realizar una medición antes y después de cualquier agregado de nuevos elementos a sus antenas de base”, sostiene Ulises Manassero, miembro del equipo de investigación. En el plan de mediciones de antenas de telefonía celular, se relevaron en cada localidad un mínimo de un sitio de comunicaciones y un máximo de 20, en función a la densidad poblacional de la ciudad en cuestión.
“El objeto del trabajo fue verificar el cumplimiento de los niveles máximos de radiación por parte de las empresas de telefonía celular”, afirmó el profesional. Hoy, por disposición oficial, estos niveles admisibles son de 0,425 mW/cm2 para la frecuencia de 850 MHz y de 0,9500 mW/cm2 para la frecuencia de 1900 MHz.
Los sistemas de comunicaciones inalámbricos, tales como la telefonía celular y las redes locales de Internet han ido generando un mayor interés en la sociedad, en parte debido a los efectos potencialmente perjudiciales sobre la salud derivados de la exposición a los campos electromagnéticos emitidos por las antenas de esos sistemas, Manassero sostuvo que existen dos condiciones de exposición bien diferentes. “La primera es la exposición de la cabeza del usuario al aparato celular y la segunda es la exposición general y permanente de la población a los campos electromagnéticos irradiados por las antenas de las estaciones base”. La potencia absorbida por la cabeza del usuario irradiado por el teléfono celular es un fenómeno que ha sido extensamente estudiado en sus posibles efectos nocivos, mientras que “la evaluación de la exposición humana a la radiación de estaciones base aún hoy es un tema que debe estudiarse con mayor detalle, ya que los estudios aún no son concluyentes, debido a que las relaciones dosis/respuesta resultantes no son lineales”.
Un aspecto novedoso de estudio llevado a cabo por los ingenieros de la UTN-Santa Fe fue avanzar en la relación de los indicadores de radiación con los indicadores demográficos: entre ellos, la tasa de mortalidad, el PBI per cápita y el Indice de Desarrollo Humano.
En términos absolutos, el valor máximo encontrado (en Posadas, Misiones) fue una irradiación 180 veces menor al permitida. De esta manera, los niveles de contaminación por campos electromagnéticos de alta frecuencia que se encontraron fueron poco significativos. Tampoco se encontró una relación cierta entre los niveles de radicación en cada localidad y sus respectivas tasas de mortalidad.
Sin embargo, se identificó un dato importante. Se encontraron mayores niveles de irradiación sobre poblaciones con un menor Índice de Desarrollo Humano. En otras palabras, la población más pobre recibe en promedio más radiación.
¿Por qué? En las conclusiones del trabajo se señala que “las causas pueden corresponderse con controles poco exigentes de los organismos jurisdiccionales en lo que respecta a las condiciones de instalación (emplazamiento y altura de la torre) y de monitoreo (instalación progresiva de nuevos irradiantes sobre la misma estructura de soporte) de las estaciones de base de las antenas”.